“Buena arquitectura” ¿Existe?

Muchas veces nos encontramos en algún lugar donde no sabemos por qué, pero te sientes extremadamente cómodo, ya sea en un espacio público como un parque, alguna plaza, el patio de tu amigo más cercano, o incluso en algún espacio cerrado como una biblioteca, tu cafetería favorita, incluso tu escuela. Esto lo podemos atribuir a que es un lindo día, el clima es bueno y estás con personas que te agradan. No obstante, quisiera que pusiéramos en la balanza que un gran factor para sentirnos bien en un espacio es una buena arquitectura. Para esto, hay que reconocer que todo espacio construido tiene arquitectura.

Las emociones que provoca la arquitectura es algo que no muy frecuentemente se piensa. En un argot común, la arquitectura se relaciona con la construcción, cemento, cascos, supervisión de obra, planos arquitectónicos, etc. Y de manera clara, todo esto mencionado efectivamente es arquitectura, pero para llegar a ese momento de ejecución, hubo todo un momento creativo donde se empleó imaginación, análisis, dibujos, propuestas e ideas.

Encuentro valor en entender que para lograr diseñar buena arquitectura es importante reconocer el valor de todas las partes que intervienen para construir un espacio. Cada elemento, por más pequeño o intangible que sea, apoya a un diseño perfecto. Les comparto seis puntos que resumen algunas de las ideas más importantes en las que baso este pensamiento.

“La arquitectura empieza con las emociones” – Peter Zumthor.

La arquitectura no es abstracta. Detrás de cada espacio diseñado, hay un propósito por el cual existe. Es importante validar esto no solo en programa sino pensar más allá, en lo profundo. ¿Cuál es la razón por la cual se está proponiendo algo? Recordemos que los humanos somos seres emocionales en busca de ser inspirados.

“La arquitectura solo se considera completa con la intervención del ser humano que la experimenta” – Tadao Ando.

La arquitectura es para vivirla, para el desarrollo del ser humano, para crear interacciones, momentos y recuerdos. Esto es lo que mantiene vivo un espacio. Siempre busquemos el beneficio humano antes de algo más.

“Arquitectura es cuestión de armonías, una pura creación del espíritu” – Le Corbusier.

Uno de los primeros principios que te enseñan en la educación como arquitectos es el entender el entorno en base a la ubicación de tu edificio. Un diseño sostenible no es un agregado, es la única manera de diseñar. El aprovechamiento de los recursos naturales como la luz, el viento, el agua y la tierra es fundamental. Es parte de tu edificio.

“La arquitectura debe pertenecer al entorno donde va a situarse y adornar el paisaje en vez de desgraciarlo” – Frank Lloyd Wright.

La naturaleza es lo que más nos conecta con nuestra misma humanidad. Nosotros somos naturaleza. Un punto clave en el desarrollo de una excelente convivencia con tu edificación es no restarle importancia al conectar con el exterior aún desde el interior. Y siempre respetar tu entorno, el diseño se desarrolla alrededor de esto.

“Menos es más” – Mies Van Der Rohe.

La sencillez, lo natural y lo fresco es para siempre. Crear espacios atemporales simplemente tiene sentido. Este punto es impactado indirectamente por la sostenibilidad, al crear espacios permanentes, capaces de existir hoy y dentro de cien años.

“Los detalles son el diseño” – Charles Eames.

Una de las cosas más importantes que he entendido a lo largo de mi carrera es que en los detalles se encuentra la arquitectura; no hay arquitectura sin detalles. A veces, solemos minimizar la fase final del detallado de un diseño o de una construcción. Sin embargo, ahí reside todo el esfuerzo empleado previamente. Gracias al esfuerzo final, podemos apreciar el principio.

Estos puntos no están escritos en nivel de importancia, todos son necesarios para lograr el propósito final: disfrutar un espacio para crecer y desarrollarte como persona. La buena arquitectura está en nuestras vidas todos los días, aprendamos a observarla, admirarla, criticarla y vivirla. Busquemos desarrollar espacios que inspiren.