Este proyecto llega al estudio como una colaboración con Adán Lozano, en la cual participamos activamente en el diseño arquitectónico. Ubicado en la Sierra Madre que bordea la ciudad de Monterrey, este edificio se emplaza en un terreno de 10,000 m2 en una zona muy exclusiva de la ciudad que se convirtió en un área residencial. Caracterizado por su baja densidad constructiva, limitada al 10% del terreno, otorga al proyecto espacios que se funden completamente con su entorno natural.

La vivienda se dispone en un único nivel, respetando las características topográficas marcadas por dos abruptas cañadas, creando una separación y desplazamiento de los principales volúmenes que giran en torno a la zona central, que es una sala, y se adaptan a los diferentes niveles del terreno en declive. Se incorpora el uso de puentes que salvan las cañadas, los volúmenes apenas tocan el terreno y la disposición de las construcciones en torno a la vegetación, componen un proyecto que mantiene un riguroso sentido de la armonía a través de volúmenes claros y planos que se abren a la iluminación y se cierran para dar protección. 

Su identidad se representa en su estilo minimalista, diseñada para poder contemplar y entablar un diálogo respetuoso con la naturaleza en la que se posa el edificio, un diálogo que, como impulso principal del proyecto, permite una integración total con el espíritu del lugar, sin perturbar en lo más mínimo el medio ambiente natural.